De la Ciencia a la Conciencia: El spin-off del uso de tus datos en internet
Lo que estás a punto de leer es una historia real. Por obvias razones, los nombres de sus personajes y compañías donde se realiza la escena fueron reconstruidos para resguardar su privacidad… mmm… “privacidad”, que linda palabra ¿verdad? ¿Recuerdas cuando tenías privacidad? ¿O eres de las personas que todavía creen que la tienen? Si te importa mucho tu privacidad, quizás este capítulo no sea ideal para ti y aún estás a tiempo de dejar de leer y seguir siendo feliz con tu vida.
Si estás leyendo esta línea, asumiremos que has decidido continuar con el tema y que estás consciente que podrías estar abriendo la caja de pandora en tu sistema de creencias.
Año 2012, Universidad de Cambridge, Inglaterra.
“Dr. Alex, tiene visitas”. “Dr. Alex, ¿me escucha?” dijo John al percibir que el Doctor se encontraba absorto en sus pensamientos. “Hazlos pasar”, respondió mientras no dejaba de ver al vacío.
Las personas que lo visitaban no mencionaron su nombre y el Dr. Alex tampoco preguntó cuando John fue a darle el aviso.Eran dos hombres muy bien vestidos, parecían un par de millonarios.
John quería aprender del Dr. Alex todo lo que pueda, ya que lo veía como un modelo a seguir en el ámbito de su carrera.Era un ejemplo. El Doctor intensificó el trabajo sobre la creación de aplicaciones para dispositivos móviles y la colaboración público-privada.
Para ese entonces, había logrado entender el comportamiento de las personas cuando se realizaban eventos trascendentales como algunas elecciones políticas en Estados Unidos o el Brexit en Inglaterra.
Fueron eventos que les brindaron un panorama extraordinario para ahondar en las ciencias sociales.
Su último gran experimento era una aplicación que le permitía a los usuarios de redes sociales divertirse con algunos juegos simples mientras les hacía preguntas sobre sus hábitos, gustos e intereses. Básicamente les brindaba a las personas la posibilidad de divertirse mientras descubren cosas interesantes sobre su vida y la de sus amigos. Esto la convertía en algo aún más divertido y aumentaba la participación de los usuarios.
Esta aplicación no tardó en viralizarse y comenzaron a investigar a muchísimas personas a nivel mundial. Las redes sociales se habían convertido en un motor impresionante para conseguir datos que apoyaran su investigación, principalmente en Facebook, la más grande del mundo en ese momento. Este experimento les dio muchas satisfacciones, ya que es sumamente interesante realizar investigaciones cuando se puede lograr una escala tan masiva. Esto los hizo sentir que iban por un buen camino.
En 2014, casi un año después del lanzamiento del aplicativo, el Dr. Alex intensificó la búsqueda de equipo calificado. Habían generado un gran interés en la comunidad y muchas empresas y gobiernos estaban encantados de apoyarlos en su búsqueda del entendimiento humano.
Uno de sus principales aportantes era una empresa de consultoría en las afueras de Londres que sabía valorar lo que hacían y los hacía sentir importantes.
El negocio de la consultoría analítica estaba creciendo bastante en el mundo y trabajar con Big Data era algo fundamental en el ámbito de empresas que querían ser más rentables.
En febrero de 2018, uno de los empleados de esa empresa de consultoría renunció y comenzó a dar declaraciones fuertes contra su antiguo empleador, consiguiendo en marzo de ese mismo año que The Guardian y el New York Times escribieran artículos sobre él.
En marzo 2018 salió a la luz el mayor escándalo de la historia relacionado a una supuesta “filtración” de datos masivamente.
En todos los medios del mundo se comenzó a mencionar a Facebook y una supuesta filtración de datos de casi 100 millones de personas por parte de una compañía en Inglaterra llamada Cambridge Analytics.
Estas noticias fueron impactantes para John y para todo el equipo de investigación. Esta era la misma compañía con la que estaban tan contentos de trabajar y financiaba sus experimentos.
Cambridge Analytics dio asesoría a campañas políticas como el Brexit, las elecciones presidenciales de Donald Trump y algunos otros casos en distintas partes del mundo como países asiáticos o sudamericanos.
Incluso Facebook, una de las compañías más grandes y exitosas del mundo fue acusada por facilitar la extracción de información y su propio fundador tuvo que ir a rendir cuentas ante el congreso de los Estados Unidos, haciendo que el valor de las acciones de la compañía se desplomaran dramáticamente en menos de una semana.
El Dr. Alex no era ninguna persona malvada, pero los medios comenzaron a hablar de él. Incluso Cambridge Analytics comenzó a señalarlo como el artífice de todo lo sucedido. De un momento a otro, su mundo se había convertido en un lugar muy pequeño e incómodo.
Para marzo de 2018, pasaron de ser científicos visionarios a convertirse en personas malignas que manipulaban a la sociedad.
Un año después, muy pocos hablaban del escándalo de Facebook y la forma como desde Cambridge habían manipulado masivamente la información de los usuarios. Ya nada quedaba de aquel laboratorio de investigación al cual el escándalo desmembró.
Mientras tanto, John logró doctorarse aunque su trabajo era mucho menos emocionante. Hasta que un día recibió una llamada. Era el Dr. Alex, quien lo convocó para trabajar en una nueva empresa donde él mismo era el fundador y CEO.
Poco había quedado de aquel Dr. Alex controvertido, irritable y meditabundo. A John le alegraba mucho verlo con más energía, más amable y mucho más divertido. Parecía comprometido a no volver a cometer los errores del pasado.
Esta vez trabajarían realizando investigación social a una escala mucho más grande y creen que esta vez están del lado de los buenos.
Uno de los proyectos es sobre investigación de rostros, buscan entrenar algoritmos de inteligencia artificial que reconozcan las características socio-demográficas de las personas con solo ver su fisonomía.
Este proyecto lo hacen en conjunto con la Universidad de San Petersburgo en Rusia. Al parecer, el Dr. Alex desarrolló muy buenos vínculos de confianza ayudando a algunos gobiernos a realizar investigación que permita mejorar la vida de los ciudadanos.
John sabe que el mundo está más hiperconectado que nunca y está muy motivado por su nueva oportunidad. Esta nueva investigación es muy prometedora. Es consciente de lo indispensable del uso responsable de la información para mejorar la experiencia de usuario, lo importante que es saber qué tipo de huella estás dejando y cuáles pueden ser los posibles efectos.
Seguramente los científicos de datos podamos generar un gran impacto positivo en el mundo en los próximos años…O algo así.
Ricardo Diez
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